La contabilidad financiera traslada los acontecimientos, hechos económicos, a los estados financieros. Ese traslado se realiza atendiendo a la regulación, en la que hay unos principios contables generalmente aceptados (PCGA). Los PCGA son muy flexibles y la dirección goza de mucha discreción contable. La flexibilidad de las normas contables conduce a una interpretación que depende de la situación empresarial y de las valoraciones de los gerentes. Los mecanismos de control y reguladores apuntan a la información fiable.
Los estados contables o estados financieros permiten a las empresas conocer cuál es la situación económica y financiera de la empresa y sus cambios en periodos de tiempo determinados.
Claves para entender los estados contables
Esta información se centra principalmente en el balance, que refleja la estructura económica y financiera de la empresa, y la cuenta de resultados, que mide la rentabilidad de la empresa. No obstante, los estados contables no solo se basan en estas herramientas, sino en un set de estados financieros que está formado por un estado de cambios en el patrimonio neto, un estado de flujos de tesorería y la memoria.
El balance ofrece información sobre la riqueza, patrimonio, de la empresa. La cuenta de resultados ofrece información sobre la renta, la variación de riqueza de un periodo a otro. Se debe saber interpretar las reglas y entender el hecho económico que tratan de regular. Hay que comprender la razón que lleva a la dirección a realizar sus decisiones contables. Se ha de entender el efecto de los acontecimientos en el valor de la empresa.
La contabilidad financiera es compleja, pero resulta interesante por la diversidad de empresas y acontecimientos; la participación de muchos factores diferentes; la existencia de diferentes objetos, tanto económicos como de otro tipo; la incertidumbre; y su extensa regulación, tanto a nivel de contabilidad como de auditoría.
Información extraída del webinar impartido por Rafael Rodríguez Morales para EALDE Business School.
0 comentarios