Las secuelas de la crisis de 2007 se siguen arrastrando en la actualidad en la economía mundial. A ella se suman a otros factores presentes hoy en día en la sociedad, como el terrorismo yihadista, los conflictos en Oriente Medio y los flujos de refugiados hacia Europa. A estos aspectos hay que añadir otros producidos en 2016 y cuya influencia sigue siendo notable a largo plazo: turbulencias de los mercados financieros chinos, referéndum Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
En este contexto, el Producto Interior Bruto (PIB) es una medida incompleta, ya que no garantiza la equidad en la distribución de la producción de la renta. Debe utilizarse conjuntamente con otros indicadores del desarrollo humano y no solamente económico.
El PIB es el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales en el interior de un país durante un año. Se puede calcular mediante tres métodos:
- Método del gasto. PIB = Consumo + Inversión + Gasto público + Exportaciones netas – Importaciones.
- Método del Valor Añadido. PIB = VAB (total) + (Impuestos indirectos netos – Subvenciones).
- Método de las rentas. PIB = Renta de los trabajadores + Excedentes del beneficio empresarial + (Impuestos indirectos netos – Subvenciones).
Evolución económica global
La tasa de crecimiento del PIB es una medida de crecimiento económico que considera su variación en un periodo de tiempo determinado. Se calcula a partir del PIB real, a precios constantes.
La evolución económica global de acuerdo a esta medida experimentó un crecimiento del 2,86% en 2014, del 2,83% en 2015, del 2,4% en 2016 y del 3% en 2017. Por tanto, se observa una desaceleración en el período comprendido entre 2014 y 2016, y un crecimiento en 2017. Ese crecimiento se caracteriza por los siguientes aspectos:
- Repunte en el crecimiento del PIB mundial.
- Aumento de la inversión, el empleo y el comercio.
- Salida de la recesión de algunos países.
- Aumento moderado de la inflación en 2017, mayor en las economías emergentes que en las economías avanzadas. Esto se debe al aumento de los precios de las materias primas.
Las perspectivas para 2018 son las siguientes:
- Continuidad de las tendencias globales.
- Incertidumbre ante cambios en políticas macroeconómicas en Estados Unidos.
- Crecimiento mundial esperado del 3,1% para 2018.
- Reto de la Eía mundial: compatibilidad del crecimiento económico con la lucha contra la pobreza, la desigualdad y consideración del cambio climático.
Información extraída del webinar impartido por Beatriz Velilla para EALDE Business School.
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