En la actualidad la etiqueta de coaching es algo que vende, que está de moda y ha cobrado un notable auge como herramienta favorecedora del máximo rendimiento, tanto a nivel individual como colectivo.
La denominación coaching proviene del ámbito del deporte, en los EEUU. El coach es el entrenador y el coaching es la función que desarrolla el entrenador para optimizar el rendimiento de los deportistas a su cargo.
En el ámbito empresarial el coaching es un tipo de entrenamiento, dirigido por un profesional externo a la organización (coach) a personas con responsabilidades de liderazgo, siendo el objetivo mejorar sus habilidades directivas, incluso personales y así optimizar el rendimiento de sus equipos de trabajo.
La función del coach es ayudar al que lidera para que éste lidere mejor. Pero no debemos confundir coaching con liderazgo, tampoco con otros conceptos como formación, asesoramiento o consulting y terapia psicológica. Puede haber elementos comunes, pero es obvio que son cosas diferentes.
El objetivo prioritario del coaching ejecutivo o empresarial es conseguir el mayor rendimiento posible a través de recursos existentes. De esta manera mejorará el autoconocimiento del coachee, ayudaremos a mejorar un estilo de liderazgo más eficaz y optimizaremos su funcionamiento mental para conseguir un rendimiento más alto.
Para alcanzar dichos objetivos es fundamental que el coach domine una serie de técnicas concretas o estrategias básicas como el refuerzo, el uso de ejemplos, metáforas y refranes, ser capaz de explorar alternativas, dar explicaciones, establecer hipótesis, mostrar dudas y curiosidad, etc., siempre con la finalidad última de transmitir empatía por su coachee y facilitar el proceso de coaching.
Llegados a este punto, podemos preguntarnos ¿qué ventajas o beneficios obtenemos aplicando coaching en nuestras empresas? Según el estudio publicado por Harvard BS incrementa la productividad empresarial; mejora la comunicación interna, la motivación, el liderazgo; potencia el trabajo en equipo; ayuda a la toma de decisiones… y lo más importante: se mejora la resolución de problemas, transformando dichos problemas en nuevas oportunidades.
Artículo redactado por Silvia Rodríguez Pérez, psicóloga – coach experta en Recursos Humanos.
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