El nuevo paradigma laboral tiene repercusiones en el perfil profesional de los individuos, como ya hemos visto en un post anterior, pero también en las organizaciones. Este cambio propicia modificaciones en las empresas, que ya no gestionan sus recursos humanos como un colectivo.
Las empresas deben conjugar el saber hacer de sus personas (conocimientos, habilidades y destrezas) con el saber estar (actitudes, expectativas y motivaciones) y administrarlas con el poder hacer (grados de libertad de actuación). Ahora se personaliza el trato del talento.
En este nuevo contexto, el talento ha de encontrarse a gusto. Las empresas ofrecen diferentes posibilidades a sus empleados, para la retención de ese talento y para el fomento de la creatividad o la innovación en la organización. Algunas de estas medidas son las siguientes:
- Gastos en comida para empleados.
- Espacios de trabajo divertidos.
- Días de vacaciones no limitados.
- Vestimenta informal en determinadas ocasiones.
- Disposición de tiempo para el desarrollo de proyectos propios a elección del empleado.
- Tiempo para el surgimiento de ideas innovadoras.
Las empresas comienzan a adoptar un estado de discontinuidad y agilidad. La diversidad de talento es contratado por resultados y no por tiempo. El nuevo paradigma laboral conlleva cambios para los profesionales, pero también para las compañías en las que desarrollan y ponen en práctica su talento.
Información extraída del webinar impartido por la profesora Trinidad Yera.
0 comentarios