El Marketing Verde surge como una oportunidad para atraer y fidelizar a largo plazo a aquellas personas que valoran el comportamiento ético de las empresas. Este enfoque del marketing se sustenta en la idea de mitigar los problemas ambientales relacionados con el diseño de propuestas de valor de las empresas y los procesos de compra y consumo de las personas. Los problemas ambientales son el resultado de la actividad humana, pero también de la actividad empresarial.
Realidad ambiental
Los consumidores y productores, principales actores del marketing, afectan con sus acciones a la biodiversidad, el agua, la energía y los residuos. Estos problemas ambientales están relacionados entre sí y forman parte de la realidad ambiental de las personas.
En el contexto de los negocios, la sostenibilidad se basa en actuaciones que permitan a las generaciones futuras satisfacer sus necesidades además de disfrutar de los mercados a largo plazo para sus productos, al mismo tiempo que se salvaguardan las fuentes de materias primas de las que muchos de los negocios dependen.
Realidad empresarial
El Marketing Verde se sustenta en la Responsabilidad Social Empresarial, el Triple Bottom Line y la creación de valor compartido:
- Responsabilidad Social Empresarial: responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad, los stakeholders y el entorno en el que se encuentran.
- Triple Bottom Line: medición del desempeño en la dimensión económica, social y ambiental.
- Creación de valor compartido: aumento de la rentabilidad de las empresas al mismo tiempo que se genera valor y riqueza económica, social y ambiental con los stakeholders.
Los negocios afrontan los problemas ambientales a través de las tres perspectivas anteriores. El consumidor valora cada vez más a las marcas éticas. Ante este contexto, las empresas tratan de aplicar el concepto de Marketing Verde, vinculando los temas ambientales con su estrategia y dándole un valor agregado.
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