¿Existen problemas de ciberseguridad dentro del mundo NFTs? Al tratarse de una tecnología nueva que de por sí está incompleta y que, a su vez, se desarrolla en base a distintos estándares elaborados por diferentes organismos y entidades alrededor del mundo, la respuesta es afirmativa; sí existen riesgos tecnológicos inherentes a este tipo de coleccionables digitales o tokens no fungibles (NFT).

Partimos de la base de que ninguna tecnología es 100% segura, por lo que los NFTs no son infalibles ni una garantía a corto, medio o largo plazo. Sin embargo, el ERC-721, de la red Ethereum; es el más utilizado a día de hoy para crear este tipo de activo digital.

Los problemas de ciberseguridad inherentes a los NFTs o tokens no fungibles

La automatización juega un papel esencial a la hora de gestionar la compra y la venta de los NFTs. Este proceso busca también generar una trazabilidad y hacer seguimiento de las operaciones que se van produciendo de manera secuencial. Esta se lleva a cabo a partir de los denominados smart contracts, un código software que se ejecuta por decirlo así sobre una secuencia de bloques o red blockchain.

Una de las consecuencias, dado el gran volumen que existe actualmente relacionado con la demanda de criptomonedas, ha sido el encarecimiento de las comisiones vinculadas a cada transacción. Especialmente el denominado ‘minado’, clave en las transacciones.

Los problemas de ciberseguridad vinculados a la operativa de los NFTs

La compraventa de NFTs en redes públicas, como Bitcoin o Ethereum, tiene como premisa el anonimato de los compradores. ¿Qué quiere decir esto? Que cualquiera puede comprar siempre que tenga esa capacidad, independientemente de dónde provenga el dinero. He aquí uno de los grandes problemas de ciberseguridad vinculado a la operativa transaccional.

¿Qué implica esto? Que realmente se hace complejo identificar a quién pertenece un token no fungible y si el dinero que se utiliza para adquirir este proviene de una fuente legal o no ni tampoco su procedencia. 

Otro ciberriesgo existente es el hecho de que un NFT puede no ser auténtico y no representar al activo al que hace referencia. En términos coloquiales, se trataría de un falso activo. Actualmente la autenticación en origen de un activo físico que representa un NFT en concreto, es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el comercio de activos digitales y que, la tecnología blockchain, es incapaz de garantizar, por ahora.

Por su parte, los NFTs son susceptibles de sufrir ataques informáticos pese a estar cifrado y tener acceso solo vía clave, lo que hace que sea mucho más difícil luchar contra este tipo de acciones perniciosas.

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